Nos decidimos a hacer este viaje principalmente por el atractivo precio del vuelo y alojamiento encontrado en internet; así pues, cogimos una oferta de jueves a lunes en el país alemán.
Hamburgo fue la ciudad-estado donde nos alojamos, un lugar fantástico con una historia muy larga y variopinta que ofrece multitud de atractivo turísticos, además de ser la segunda ciudad con más puentes (2300) de toda Europa después de Rotterdam.
Intentamos visitar todo lo posible en el tiempo programado; el casco histórico, la ciudad almacén (Speicherstadt), Hafen City, la ribera del río Alster, el Fischtmarkt de los domingos por la mañana, el famoso Bunker hamburgués (en el piso más alto del edificio se encuentra una discoteca en la que organizan fiestas, nosotros asistimos a una de ellas) y la joya de Hamburgo: el barrio rojo (Santk Pauli), el barrio con más atracciones turísticas y de ocio de toda la ciudad, imprescindible.
Desde Hamburgo nos desplazamos en S-Bahn (tren de cercanías) a otras localidades; la primera fue Blankenese.
Un pintoresco pueblo ribereño a 20 km de Hamburgo con una larga playa con vistas al río Elba y hermosas callejuelas al más típico estilo alemán rural. A día de hoy, en esta zona vive gente muy adinerada y se ven muchas grandes fincas y casas.
El segundo y último desplazamiento de nuestro viaje desde Hamburgo fue ''La ciudad libre hanseática de Bremen".
Bajo mi punto de vista, de las más bonitas que he visitado.
Un lugar encantador en el que perderse por las calles de su barrio medieval, Schnoor; pasear por la orilla del río Weser, disfrutar de sus mercados medievales gastronómicos en la plaza del ayuntamiento, fotografiarse en la estatua de los músicos de Bremen o visitar el famoso Molino de Bremen.
Éste, fue otro gran viaje en el que degustamos la gastronomía y bebida de la zona, disfrutamos de la cultura futbolera en los estadios del ST.Pauli, Hamburgo S.V y Werder Bremen y recorrimos lugares inolvidables.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar